El Hispánic fue construido en los astilleros de la transición allá por el año 1978.
Se
diseñó usando algunas de las más avanzadas tecnologías disponibles en
aquel tiempo, tales como mamparos herméticos que dividían el casco en 17
secciones independientes (Autonomías) y que se creía que podían
mantenerlo a flote en caso de rotura de alguna parte del casco
(Cataluña, Euskadi); ello hizo que el Hispánic fuera considerado por sus
constructores, "insumergible". Iba dotado de una potente estación de
telegrafía (Partidos políticos, medios de comunicación afines,
sindicatos etc etc…), y un nuevo diseño de hélice de tres palas (Poder
legislativo, poder ejecutivo y poder judicial). El Hispánic era más
lujoso que el RF Alemanic, el MP Inglaterric y el RF Francic, y el
estándar al respecto no tenían comparación con las instalaciones de
primera clase en cuanto a lujo se refiere.
El
Hispánic inició su viaje inaugural partiendo desde la precariedad hacia
la sociedad del bien estar con 38 millones de personas a bordo,
recogiendo en el trayecto hasta su trágico final, 7 millones más para
llegar al total de 45 Millones. Para cuando llegó a avistar el estado
del bien estar, el Hispánic no tenía rival en lo que se refiere a lujo y
elegancia. Contaba con decoraciones basadas en estilos clásicos, tales
como el Imperio, Regencia, Luis XIV, Luis XV, Luis XVI, Adams, Moderno,
entre otros. Fue equipado con una piscina interior, un gimnasio, una
cancha de squash, un baño turco, y una sala de recepción, entre otras
comodidades para uso exclusivo de primera clase, eso sí.
El
Hipánic tuvo un viaje placentero. Los años transcurrieron sin novedad,
pero el 15 de Noviembre de 2008 (Quiebra de Lehman Brother’s) llegaron
los primeros informes de avistamiento de bloques de hielo en la ruta; al
menos una docena de mensajes pudieron ser recibidos antes de que el
telégrafo (Banco de España y analistas del gobierno) fallara por un
periodo de 12 meses. Efectivamente, los radiotelegrafistas empezaron a
recibir avisos de peligro de icebergs, los cuales fueron ignorados o no
tomados muy en cuenta por la oficialidad al mando.
El
clima se enfrió a medida que el Hispánic se acercaba a las grandes
turbulencias creadas por los grandes “bancos” de Terranova y el capitán
JL.R.Zetapé ordenó alterar un poco el rumbo para pasar más hacia el sur de
los grandes sectores de icebergs. La velocidad era de 22 nudos y
consultaron a JL.R.Zetapé si podía bajarla, a lo cual éste se negó
aduciendo que deseaba hacer el mejor tiempo en su viaje inaugural.
El
10 de Mayo de 2010, la noche era estrellada y el mar estaba
excepcionalmente tranquilo. Alrededor de las 22:30, el capitán Zetapé
se había retirado a su camarote de babor (había dejado vigías extras en
el sector de proa).
A las 23:40 de la
medianoche, mientras el Hispánic navegaba a 22,5 nudos (41,7 km/h), el
vigía (E. Salgado, ministra de economía) avistó un iceberg por
delante a menos de 500 metros de distancia y con una elevación de unos
30 metros sobre el nivel del mar. ¡Dios mio! - Exclamó ella-. Hizo sonar
la campana tres veces y telefoneó de inmediato al puente de mando.
El
capitán JL.R.Zetapé, tomó las medidas que creyó correctas e intentó evitar
la colisión, primero girando el timón todo a babor, seguidamente dando
marcha atrás, lo cual fue fatal pues el timón perdió una presión de
virada. El barco en el último minuto logró evitar el choque frontal (con
el que seguramente no se habría hundido y habría sido capaz de al menos
flotar estando dañado). Seguidamente Zapatero ordenó viraje a estribor,
quizás demasiado pronto, sin sospechar que el iceberg (que era más alto
que el Monte Everest) se extendía a los costados por debajo del mar.
Finalmente el buque rozó el iceberg abriéndose las placas de estribor a 5
m de profundidad con 6 brechas diferentes que en total sumaban unos 100
m de rasgaduras y 5 compartimentos abiertos al agua. El Hispánic quedó
sentenciado.
El capitán Zapatero se
informó de lo ocurrido. Hizo detener de inmediato el barco e hizo llamar
a A. Merkel, la carpintera, para repasar todo el barco. En ese
momento, A. Merkel, en inspección del sector griego, fue informada por su
señalero y por sus consejeros de que en el estanque de pique de proa se
escuchaba un silbido inusual, señal de que el agua estaba desplazando
con fuerza el aire contenido a presión en su interior.
Merkel
informó al capitán Jl.R.Zetapé en presencia de la cúpula de U.E
(representante de la compañía), que cinco de los compartimentos estancos
delanteros de estribor se combaron hacia dentro, saltando los remaches e
inundándose. Al principio el daño no pareció fatal; sin embargo,
después de repasar el barco con la carpintera A. Merkel, ésta predijo lo
increíble: el hundimiento del Hispánic sería a más tardar entre dos y
cuatro años.
El capitán Zetapé y la
oficialidad quedaron helados y de una pieza, estupefactos: Zapatero,
intentando no difundir el pánico, instruyó a sus oficiales para el
abandono del barco. Impactado y en estado de shock, JL.R.Zetapé sabía por
simple aritmética que muchos pasajeros morirían por el escaso número de
botes. De ahí en adelante, a pesar de su obligación, Zetapé se mostró
irrelevante con el correr del escaso tiempo, errático y ajeno a la
situación y en su forma de actuar, y finalmente fue relevado en el mando
por un capitán anodino (M. Rajoy) que prometió salvar la nave
reformando los 17 mamparos (autonomías), pero que solo se ha dedicado,
hasta ahora, a reordenar las sillas de la cubierta del Hispánic,
mientras éste se hunde.
Para terminar,
solo decir que una de las causas del elevado número de víctimas fue que,
a pesar de cumplir con todas las normativas democráticas de la época de
su botadura, el barco sólo llevaba botes salvavidas para 100.000
miembros de la tripulación (políticos electos), 25.000 suboficiales
(altos cargos públicos), 15.000 oficiales (Banqueros y empresarios del
Ibex 35). Un elevado número de hombres mujeres y niños murió debido al
rígido protocolo de salvamento que se siguió en el proceso de evacuación
de la nave, conocido como "mujeres y niños primero" (Banqueros, grandes
empresarios y clase política), y al poco tiempo disponible, debido al mucho tiempo perdido.
-¿Qué... no querían saber lo que pasa? . Pues ahora ya lo saben.
Como dijo Francisco de Paula Santander: Vale más un desengaño, por cruel que sea, que una perniciosa incertidumbre.
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