Lola y yo nos casamos en una coqueta basílica románica de un pueblecito del Ampurdán. Lo recuerdo como ayer. Recuerdo que al bajar los viejos y maltratados escalones del portal, tropecé, y casi me descalabro. Un mal augurio-pensé para mí-. Los primeros años de nuestra vida en común fueron similares a los de la tierra brillando como un zafiro en nuestro sistema solar. Pero al igual que nuestro planeta, vivíamos día a día ignorando que desde algún rincón lejano del espacio podría sobrevenirnos algún peligro. Nuestra vida, a semejanza de nuestro sistema solar se parecía mucho a un parque de atracciones. La tierra y la mayoría de demás elementos siguen rutas establecidas alrededor del sol, al igual que las vagonetas de una montaña rusa; por lo general no hay problema pero a veces surge el caos y la desgracia. La vida es como la Tierra, que a lo largo de su historia ha recibido golpes constantes. En este preciso momento, violentos cuerpos celestes surcan el universo y amenazan con asestar el golpe definitivo. También en nuestra vida personal estamos expuestos a ello, y entonces, cuando sucede, todo nuestro ser se desintegra y nuestro cuerpo se dispersa en el espacio, o en la oscuridad más absoluta de nuestra maltrecha interioridad. Esto me pasó a mi cuando Lola me abandonó después de cinco maravillosos años de vida compartida. No, no comentaré los motivos, eso no es lo importante. Lo importante es lo que sucedió hoy por la mañana. Una mañana del mes de Abril, justo un año después de recoger una a una mis pertenencias más personales, de la majestuosa alfombra esmeralda que era el jardín de nuestra hermosa casa en el barrio de la Bonanova. Enseres que Lola arrojó con rabia y violencia desde la habitación de la primera planta.
-Hola mama-dije yo al entrar por sorpresa en el salón donde mi madre estaba como siempre viendo los programas basura de tele 5.
-Tony, oooh… muaacs. Debiste venir la semana pasada la hija de mi amiga Marta estuvo aquí… parece fértil, Tony.
-¡Por Dios mama!, qué manera de vender a una chica, deberías de escribir anuncios personales.
-Tal vez, aunque dudo poder venderte a ti. Se te ve muy mal, ¿qué hiciste, tuviste otra pelea?
-Pelea es cuando el otro tiene oportunidad-contesté abriendo la nevera buscando algo que comer-.
-Desde los seis años has peleado con los otros chicos, en el parque, en el colegio, en el club de ajedrez…
-Necesito un trago, dije agarrando una botella de whisky que descansaba sobre el mueble bar-.
-Oh no no no-replicó cogiendo mi brazo-.
-Mama no hagas eso…
-No no no
-Mama, por favor lo necesito.
-Lo que necesitas es una bofetada. Ahora dilo conmigo: admito que estoy indefenso ante el alcohol.
-Admito que estoy indefenso ante el alcohol-repetí mientras me apartaba de ella con la botella en la mano-.
-Y mi vida se ha vuelto manejable-siguió ella-.
-Y mi vida se ha vuelto manejable-repetí yo al unísono pero echando un buen trago de la botella de Jack Daniels-.
- ¿Ves lo que te pasa? No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, Tony. Si no fueras tan terco habrías perdido perdón a Lola.
-No me encuentro bien mama, y necesito beber de vez en cuando…solo eso.
-Eres terco es la maldición de la familia. Hombres más débiles que tú han enfrentado la tragedia sin la bebida. Sabes… podrías dejar el whisky, solo necesitas apoyo, alguien que te ayude a poner los pies en la tierra. La vida es bella, hay que saber disfrutarla.
- No mama. La vida es dura; después de todo, te mata. Ahora perdona, pero tengo que ir a la agencia.
En ese mismo momento, en el otro extremo de la ciudad prendía la chispa que iba a encender de nuevo el pebetero de mi vida.
-¿Qué es esto? ¿Pero qué pasa aquí? -preguntó Lola asombrada, y dirigiendo sus pasos hacia el foco del alboroto-.
-¡Ya está bien, se acabó! - se oía gritar desde la cocina en medio del ruido estruendoso provocado por la rotura de platos sobre el suelo de gres-.
-¡Abdul!…
-No hay paga no se trabaja, estoy harto, harto, ya no aguanto más, quiero mi dinero. El profeta Mahoma, las bendiciones y la paz sean con él, se me ha aparecido y me ha dicho que: ¡Basta ya!
-Buenos días señorita Lola, ¿qué tal el viaje?-preguntó Emma, la asistente, al ver aparecer a Lola-.
Emma era la persona de confianza de Lola, y estaba en la cocina intentando calmar a Abdul.
-¿Pero qué ocurre aquí? ¿A qué viene este escándalo? ¿Emma sucede algo que deba saber, a que viene que Abdul rompa toda mi porcelana?
-Esto sucede desde que usted se marchó señorita, y me gustaría que lo discutiéramos… A ver Abdul ¿por qué rompes la porcelana?
-Dile que soy un artista y que no trabajo gratis-contestó él dirigiéndose a Emma, sin querer mirar a la cara de Lola-.
-Dice que es un artista y…
-Que quieres decir con gratis -interrumpió Lola-, nadie te ha pedido que trabajes gratis.
-Ah, pues eso dígaselo al banco-dijo Abdul, con cara de cabreo-.
-Los cheques para los gastos de la casa han sido devueltos señorita Lola-replicó Emma-.
-¿Devueltos? ¿Qué quiere decir devueltos?
-Devuelto, ¿quiere saber lo que significa devuelto? Yo lo diré lo que significa devuelto. ¿Ve usted esta magnífica fuente de cristal de bohemia?…
- Noooo, Abdul, noooo, la fuente noooo!!
-No ha sido devuelta-dijo él rompiéndola contra el suelo-, pero este cheque si ha sido devuelto. Y este jarrón de porcelana…no ha sido devuelto -dijo estrellándolo también sobre la vitrina… pero este cheque dibidibididibidibidi…este cheque sí.
-Noooo, no, eso noooo, eso no-gritó Lola agarrando una figura de Don Quijote de la mancha hecha de cerámica de Totana-. Abdul no se cual es el misterio pero seguro que es un error.
-Ah eso es lo que dicen mis cuentas, una y otra vez…pero se acabó, Abdul se larga. ¡Inshala! Ah, y también se viene conmigo el profeta Mahoma, las bendiciones y la paz sean con él.
-Voy a llamar a mi abogado, ahora mismo-dijo Lola cogiendo el teléfono-. Emma, ¿cuanto tiempo llevan devolviendo cheques?
-Algo más de un mes, después de irse usted de viaje al Machu Pichu-contestó Emma-.
-Soy Lola-dijo por el teléfono-. “Lo sentimos ha marcado desde un numero que ha sido dado de baja” –recibió de respuesta-.
¿Qué es esto?
Lola vuelve a marcar, nerviosa.
-“Lo sentimos ha marcado desde un numero que ha sido dado de baja” –repitió una voz metálica-.
-Emma, dile a Manuel que traiga el coche, iré en persona.
-Señorita Lola, Manuel se fue esta mañana y se llevo el coche como garantía.
-Está bien Emma… todo va a solucionarse. Llámame a un taxi mientras me visto.
-Si señorita…señorita Lola…
Lola se percató que Emma quería decir algo.
-Emma, comprendo que tú tampoco debes haber cobrado, pero seguro que se trata solo de un error.
-Estoy segura señorita-contestó con timidez agachando la cabeza-.
A las diez de la mañana, Lola entraba en el despacho de Jordi, su abogado y amigo, y después de diez minutos de hablar con él, dijo:
-¿Estas insinuando que no tengo fondos? ¿Que alguien ha saqueado mis cuentas y que no puedo hacer nada para evitarlo?-le gritó fuera de sí.
-Lo siento, Lola. Te han estafado. Tus agentes comerciales se han llevado hasta el último céntimo que tenias en el banco.
-¿Estoy en la ruina?-preguntó sollozando-.
-No no, no estás arruinada.
-Pues hablas como si así fuera-replicó ella-.
-Sí, puede parecer que estas en la ruina, pero solo se llevaron el activo liquido, como el dinero del banco las acciones de bolsa y esas cosas, pero tienes otras fuentes de ingresos.
-Ah sí… ¿Cuales?-preguntó dejándose caer, abatida, en uno de los sillones-.
-Pues estas. Eres accionista de una serie de compañías. Aquí tienes la lista –añadió mostrándole un papel-, si consigues leerla: Una tienda de discos de vinilo, una academia de bailes exóticos…
-Oooooh…estoy salvada…
-Mira mira, esto es muy interesante: un estudio de fotografía con revelado de películas…
-Pásame la papelera voy a vomitar-interrumpió Lola-.
-No, no vomites todavía, también posees parte de una tienda de aparatos de pesca, una librería porno y una agencia de buscadores de tesoros. Bien, el año pasado el grupo entero de inversiones produjo cuatrocientos mil euros.
-¡Eeeeeh eso es estupendo! ¿Tanto he ganado?-gritó sorprendida y jubilosa-.
-No… tanto has perdido. Por lo visto estas inversiones fueron mantenidas como amortizaciones.
-Oooooo, Jordi- murmulló completamente abatida y desesperada-.
-No perdamos la cabeza Lola, esto no es el fin del mundo. Después de todo eres Lola Hill i Sanllehí…
-¿Y eso que significa?
-Significa que hace 5 años, antes de casarte con Ton, tú eras la actriz más cotizada de este país, así que no me digas que no hay compañías que pagarían el oro y el moro solo porque anunciaras su coche, o posaras con su ropa o enseñaras sus electrodomésticos...
-Por favor…
-También podrías… enseñar otras cosas.
-Eeeeeh!!
-Hay peores maneras de ganarse la vida, Lola.
-Jordi, eres un buen abogado y un buen amigo.
-¿Lo dices solo porque me vas a pedir mi coche?
-Sí, tienes razón.
-Mira Lola también te dejaré dinero para que puedas salir del paso. Mientras quiero que vayas a casa y reúnas fuerzas para ir a visitar luego tus negocios, y liquides los que puedas. Quizás alguno de los gerentes te ofrezcan comprar tu parte a bajo precio pero lo principal es que vendas todo, que liquides todo, no puedes permitirte pérdidas por más tiempo.
-No me gusta Jordi, no me gusta ser pobre, la pobreza no va conmigo.
-Venga Lola, no eres pobre, ni lo serás nunca. Tienes una barbilla muy bonita lola, llévala alta.
Julius Robert Oppenheimer lo dijo mucho mejor que yo, por algo tiene ese apellido tan elegante, pero yo lo recuerdo más o menos así: Prever el futuro o tratar de predecirlo es siempre peligroso. A menudo quedamos convencidos de que las sorpresas del ayer o del hoy determinarán lo que pasará mañana. Pero para bien o para mal, el mañana es siempre una novedad. Es la novedad de la casualidad, cosas que se reúnen de una manera que no podemos predecir. Lo que hace el mañana es el hecho de que no puede ser predicho hoy; no tiene relación con lo actual. Es la magia de lo inesperado.
(Continuará…)
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