Otro angelino célebre, Charles Bukowski, lo resumió en este bello poema:
(…) Yo era un lector entonces/que iba de una sala a/otra: literatura,
filosofía,/religión, incluso medicina/y geología./Muy pronto/decidí ser
escritor,/pensaba que sería la salida/más fácil/y los grandes
novelistas/no me parecían/demasiado difíciles./Tenía más problemas
con/Hegel y con Kant./Lo que me/fastidiaba/de todos ellos/es que/les
llevara tanto/lograr decir algo/lúcido y/ o interesante./Yo creía/que en
eso/los sobrepasaba a todos/entonces./Descubrí dos cosas: a) que la
mayoría de los editores creía que/ todo lo que era aburrido/era
profundo. b) que yo pasaría décadas enteras/viviendo y escribiendo/antes
de poder/plasmar/una frase que/se /aproximara un poco/a lo que
quería/decir./Entretanto/mientras otros iban a la caza de/damas,/yo iba
a/ la caza de viejos/libros,/era un bibliófilo, aunque/ desencantado,/y
eso/y el mundo/configuraron mi carácter. (…)La vieja Biblioteca Pública
de Los Ángeles/seguía siendo/mi hogar/y el hogar de muchos
otros/vagabundos./Discretamente utilizábamos/ los/aseos/y a los únicos
que/echaban de allí/era a los que/se quedaban dormidos en/ las/mesas/de
la biblioteca; nadie ronca como un/vagabundo/a menos que sea/ alguien
con quien estás/casado. Bueno, yo no era realmente un/vagabundo. Yo
tenía tarjeta de la/ biblioteca/y sacaba y devolvía/libros,/montones de
libros/ siempre hasta el/límite/de lo permitido: Aldous Huxley, D.H.
Lawrence, E.E. Cummings, Conrad Aiken, Fiódor Dostoievski, Dos Passos,
Turguénev, Gorki, H.D. Freddie Nietzsche,Schopenhauer,
Steinbeck,Hemingway…
Siempre esperaba que la bibliotecaria/me dijera: “que buen gusto
tiene usted,/joven. pero la vieja/puta/ni siquiera sabía/quién era
ella,/cómo iba a saber/quién era yo. Aquellos estantes contenían/un
enorme/tesoro: me permitieron/descubrir/a los poetas chinos antiguos
/como Tu Fu y Li Po/que son capaces de decir en un/verso más que la
mayoría en/ treinta o/incluso en ciento./ Sherwood Anderson debe de
haberlos/leído/también./También solía sacar y/ devolver/los Cantos/y
Ezra me ayudó/a fortalecer los brazos si no/el cerebro./ Maravilloso
lugar/la Biblioteca Pública de Los Ángeles/fue un hogar para alguien que
había/tenido/un/hogar/infernal/(…). Probablemente evitó/que me
convirtiera en un/suicida,/un ladrón/de bancos,/un tipo/que pega a su
mujer,/un carnicero o/un motorista de la policía/y, aunque
reconozco/que/puede que alguno sea estupendo, gracias a mi buena suerte/
y al camino que tenía que recorrer, aquella/biblioteca estaba/allí
cuando yo era/joven y buscaba/algo/a lo que aferrarme/y no parecía que
hubiera/mucho”.
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