22 junio 2012

Amor a las bibliotecas.

 “No creo en los colegios ni en las universidades. Creo en las bibliotecas, porque la mayoría de los estudiantes no tienen dinero”, dijo en alguna ocasión Ray Bradbury.

Otro angelino célebre, Charles Bukowski, lo resumió en este bello poema:

(…) Yo era un lector entonces/que iba de una sala a/otra: literatura, filosofía,/religión, incluso medicina/y geología./Muy pronto/decidí ser escritor,/pensaba que sería la salida/más fácil/y los grandes novelistas/no me parecían/demasiado difíciles./Tenía más problemas con/Hegel y con Kant./Lo que me/fastidiaba/de todos ellos/es que/les llevara tanto/lograr decir algo/lúcido y/ o interesante./Yo creía/que en eso/los sobrepasaba a todos/entonces./Descubrí dos cosas: a) que la mayoría de los editores creía que/ todo lo que era aburrido/era profundo. b) que yo pasaría décadas enteras/viviendo y escribiendo/antes de poder/plasmar/una frase que/se /aproximara un poco/a lo que quería/decir./Entretanto/mientras otros iban a la caza de/damas,/yo iba a/ la caza de viejos/libros,/era un bibliófilo, aunque/ desencantado,/y eso/y el mundo/configuraron mi carácter. (…)La vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles/seguía siendo/mi hogar/y el hogar de muchos otros/vagabundos./Discretamente utilizábamos/ los/aseos/y a los únicos que/echaban de allí/era a los que/se quedaban dormidos en/ las/mesas/de la biblioteca; nadie ronca como un/vagabundo/a menos que sea/ alguien con quien estás/casado. Bueno, yo no era realmente un/vagabundo. Yo tenía tarjeta de la/ biblioteca/y sacaba y devolvía/libros,/montones de libros/ siempre hasta el/límite/de lo permitido: Aldous Huxley, D.H. Lawrence, E.E. Cummings, Conrad Aiken, Fiódor Dostoievski, Dos Passos, Turguénev, Gorki, H.D. Freddie Nietzsche,Schopenhauer, Steinbeck,Hemingway…
Siempre esperaba que la bibliotecaria/me dijera: “que buen gusto tiene usted,/joven. pero la vieja/puta/ni siquiera sabía/quién era ella,/cómo iba a saber/quién era yo. Aquellos estantes contenían/un enorme/tesoro: me permitieron/descubrir/a los poetas chinos antiguos /como Tu Fu y Li Po/que son capaces de decir en un/verso más que la mayoría en/ treinta o/incluso en ciento./ Sherwood Anderson debe de haberlos/leído/también./También solía sacar y/ devolver/los Cantos/y Ezra me ayudó/a fortalecer los brazos si no/el cerebro./ Maravilloso lugar/la Biblioteca Pública de Los Ángeles/fue un hogar para alguien que había/tenido/un/hogar/infernal/(…). Probablemente evitó/que me convirtiera en un/suicida,/un ladrón/de bancos,/un tipo/que pega a su mujer,/un carnicero o/un motorista de la policía/y, aunque reconozco/que/puede que alguno sea estupendo, gracias a mi buena suerte/ y al camino que tenía que recorrer, aquella/biblioteca estaba/allí cuando yo era/joven y buscaba/algo/a lo que aferrarme/y no parecía que hubiera/mucho”.

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