18 febrero 2012

La verdad...con las mujeres.


...Hoy me ha pasado algo divertido (ya saben que cuando empiezo una nota o un comentario con esas palabras es que lo que voy a relatar es cierto y verídico). Estaba desayunando unos molletes con manteca colará en el bar de manolo, cuando vibró mi teléfono móvil (Sí, lo tengo con vibrador, lo prefiero a la música, es más excitante). Era mi amigo Josep (os recordaré que es el capullo que se folló a la segunda mejor amiga de su ya ex mujer), no podía ser otro, es único para ser inoportuno. Y no se crean ustedes que lo digo por decirlo, no, lo digo porque es la verdad. Hay gente en este mundo que tiene el don de la elocuencia, de la oratoria, otros el de la ubicuidad, Josep tiene el don de la inoportunidad. Pero ese no es el problema que hoy quiero comentar, ojalá, de lo que quiero hablarles es de la conversación mantenida con él. Ya verán que no tiene desperdicio. Bueno, ninguna conversación con mi amigo Josep tiene desperdicio. El desperdicio es él. Empecemos pues, y juzguen ustedes:
-Dime Josep, ¿qué te pasa? Estoy desayunando, lo digo para que seas breve.
-Hola Ton (Bueno por si no lo saben, Ton es como me llama mi ex y este capullo) ¿cómo estás?
-Bien, desayunando, ya te lo he dicho.
-Ya…Verás es que tengo que pedirte un favor…
-Al grano Josep, al grano.
-Sabes que el otro día conocí a una chica, ¿verdad?
-No, no la conociste, ella se enrolló contigo porque le mentiste y le dijiste que eras piloto de Air Europa, ¿o lo has olvidado?
-Pues por eso te llamo justamente. El rollete va viento en popa, resulta que he quedado con ella esta noche y quería pedirte algo.
-Si es que me quede con Drácula (Es su perro pequinés, realmente se llama Confucio pero yo le llamo Drácula, por los colmillos que sobresalen por encima de su morrito) ya sabes que no hay problema, hoy no salgo.
-No… bueno eso también, pero es otra cosa la que quiero pedirte.
-Josep, te recuerdo que estoy desayunando y…
-De acuerdo…de acuerdo iré directo. Necesito que me dejes tu coche.
-¿Qué pasa, que el tuyo está averiado?
-No, pero no me puedo presentar a la cita con mi Ibiza de segunda mano, ¿lo entiendes verdad? No olvides que ella se cree que soy piloto de Air Europa.
-¡Alto ahí! ¡Vamos a ver Josep, no puedes seguir así!  No puedes seguir mintiendo a todas las mujeres que conoces.
-Coño, pues no es lo que me dijiste la otra noche en aquel local de la calle Aribau, o ya lo has olvidado, eh?
¡Este tío es idiota! (eso lo pensé para mi, aunque debería de habérselo dicho a viva voz)
-Vamos a ver capullo, la otra noche estábamos en el Pub 240 de la calle Aribau…y aquello es un…bueno, ya sabes lo que es, capullo. Allí todos mienten, empezando por las mujeres. Allí nada es lo que parece, ni el whisky. En esos sitios hay que mentir por necesidad, casi por obligación. ¿O te crees que la rubia de tetas siliconadas que te dijo: “Hola guapo, me invitas a un trago”, te lo dijo porque eres guapo? ¡Eres un merluzo Josep! ¿No comprendes que cuando te dije, allí, que mintieras hasta en el nombre lo hice como la excepción que confirma la regla? ¿Hay que explicártelo todo?
-Vale, vale…pero del coche que me dices… ¿me lo prestas?
-Escúchame mameluco, que me pones de los nervios. No puedes seguir mintiendo a las mujeres de esta manera tan burda e infantil. Así nunca podrás rehacer tu vida con nadie decente. Tienes que cambiar Josep. Vamos a ver, ¿cuantos años hace que nos conocemos?
-Creo que diez años, más o menos, ¿Por qué?
-¿Y en esos diez años no has aprendido nada? ¿No has visto como me comporto yo con el género femenino? ¿Me has oído alguna vez decirles que soy rico? No señor, al contrario. Siempre digo que soy pobre, y que tuve que estudiar de noche porque procedo de una familia desestructurada; que la vida ha sido cruel conmigo; que nadie me ha regalado nada y que mi mujer me dejó por un viejo asqueroso que tenía un yate.
-Sí, lo sé, pero es que tu follas igualmente, y yo tengo que mentir o no me como un roscón ¡joder!
-Ya estamos…follar, follar… ¿es que solo piensas en eso?
-¡Claro, cada cual piensa en lo que no tiene!
-Ay ay ay…ya no sé qué hacer contigo. ¿Como tengo que decirte que a las mujeres hay que respetarlas, y que no hay mayor respeto que no engañarlas? ¿Como tengo que decirte que una mujer fue la que te dio la vida, o lo has olvidado? Hay algo más sagrado que una madre, eh?
-Pues tú siempre dices que tu madre es una bruja y una mala pécora y…
-Vale vale vale… Tal vez el ejemplo no ha sido el más acertado, en mi caso, pero recuerda que las mujeres son como el Sol, el día que desaparezcan, ese día la humanidad se extinguirá. En fin que lo que quiero que comprendas es que lo mejor es que a esa chica le digas la verdad, que trabajas  para comer, no por hobby, y que eso de ser piloto de Air Europa ha sido un lapsus. ¡Además mira que eres merluzo! ¿No podías haber escogido otra profesión? ¡Ja! Piloto de Air Europa… si tú lo más cerca que has estado de un avión fue el día que me recogiste al aeropuerto de El Prat. Mira que eres capullo. Tú hazme caso, deja de mentir y ves con la verdad por delante. ¡Blándela como si fuera un pendón!
-¿Un pendón?
-Sí ignorante… un pendón es un estandarte.
-Ah…
-Josep, dime una cosa… ¿conoces la famosa cita de Martin Niemöller?
-No, ¿por qué?

-Ya me lo imaginaba. Pues mira dijo más o menos eso: Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar. Pues a ti te puede pasar lo mismo como no cambies. Mientes a tu mujer; mientes a tus amantes; mientes a tus amigas; mientes a cualquier cosa que lleve falda…y para cuando quieras decir la verdad, ya no habrá nadie para escucharte. Oye, ¿sigues ahí? ¿Me has entendido? ¿Has comprendido lo que te quiero decir?
-Sí claro, tampoco soy tan tonto.
-¿Y lo harás?
-claro que sí, ya me conoces, siempre te hago caso… ¿pero me dejarás el coche esta noche?

Bueno queridos amigos, ya lo ven, Josep no tiene enmienda. ¿Y por qué le sigo dando buenos consejos que sé no seguirá, se preguntarán ustedes? Pues muy sencillo… porque ese cabrón solo tiene un amigo, y ese soy yo.

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