28 julio 2011

Las aventuras de Ton y Lola (Perdidos en el desierto capítulo IV)


…Me mantengo en pie unos diez minutos antes de que la poli me tumbe a patadas. No me hacen preguntas solo me apalean, y me pasan por la cara una confesión. Yo no dejo de escupir sangre y me rio de la cantidad de copias nuevas que me siguen trayendo. Luego llega ese cerdo del ayudante del fiscal que me apaga la grabadora y dice que si no firmo la confesión mataran a mi perro. Le rompo el brazo por tres sitios y firmo. A partir de ese momento empieza el circo que todos querían, me acusan de todo, no solo de robar el tesoro de la reina de Saba que si cometí, sino también de la muerte de Manolete y de JFK y hasta la de Gandhi. La jueza parece que está poseída cuando dicta sentencia. A tan solo unas horas de las doce y de mi muerte me llevo la primera sorpresa en 18 meses. Mi única visita. Estoy preparado para todo excepto para este perfume. .. Es ella, la mujer que tanto amé y por la que arruiné mi vida, mi novia. La veo y mi mente retrocede en el tiempo hasta aquella fatídica noche de agosto, cuando después de cargar el tesoro sobre los camellos que Abdul trajo acompañado de sus primos , Abdel Karîm, Sulaymân, Abdel Rashîd y otro cuyo nombre no recuerdo, volví al hotel Sheraton para reencontrarme con ella y darle una nueva oportunidad. Quería compartirlo todo con ella. Pensaba que podría odiarla después de lo acontecido, pero no. La amaba con locura y estaba dispuesto a perdonarle todo. Como digo, aquella noche regresé al Sheraton de El Cairo y llamé a la puerta de la habitación. Una vez, dos, tres…nadie abría. Por fin oí su voz:
-Olvídalo Ton, te puedes pasar toda la noche aporreando la puerta no pienso abrirte.
-No puedo creer que me hagas esto cariño, con lo que hemos vivido juntos. No significa nada para ti.
-Significa mucho, mucho tiempo perdido.
-Ya sé que estás muy cabreada y te perdono aunque todavía no me hayas pedido que lo haga.
-Una cosa es estar harta de un tío que por lo general no se porta mal. Y otra es ver que he perdido mi tiempo con un autentico fracasado. Ah, y otra cosa… Mañana mi padre viene por mí.
Su padre era católico romano y su madre ortodoxa, se separaron dos horas después de casarse. Solo tuvieron una hija: ella. Le pusieron Irene, pero todos la llamaban Lola
- ¿Pero no estaba ingresado en la cárcel modelo de Barcelona, por delitos reiterados?
- Ya ha salido. El fiscal no pudo presentar pruebas en contra suya por la venta de biblias pornográficas porque la iglesia se negó a devolver las biblias.
-¡Que suerte! No le detuvieron también por pasar un camión de magrebíes ilegales a Almería para recoger melones.
- Ay Ton, que poca memoria tienes. Ya te dije hace tiempo que como se asfixiaron todos por el calor y la falta de aire, el fiscal tampoco pudo encontrar un solo testimonio que le inculpara.
- Sí, es verdad, Lola, ahora lo recuerdo.
- Y dime cielito, ¿de dónde has sacado la información de que tu padre llega mañana?
- Porque le he llamado y se lo he pedido.
-Inteligente, sí señora.
-Y no quiero que te metas con mi padre Ton, ya lo sabes. Él ha triunfado en la vida, no como tú.
- Si, ya sé que posee más del cincuenta por ciento de todas las plantaciones de alubias y bambú de la china continental. El crimen es un hobby para él. Un juego para pasar el tiempo mientras está esperando el camarero en un hotel de 5 estrellas.
- Siempre le has tenido envidia, a él y a mi tío Rigoberto.
- ¿Tu tío Rigoberto se sigue pagando con la pasta de su mujer los trajes elegantes de 900 euros? No está mal el negocio porque lo único que tiene que hacer es darle un sobo a su mujer de vez en cuando y sacar a pasear al perro dos veces por día.
-Ton, eres un bruto mal educado y un envidioso.
-¿Qué tíos!… no son mi tipo pero son buenos en lo suyo y huelen bien. No son maricas eso lo sé ¿pero qué rayos son?
-Tienen clase supongo… no como tú.
- A tu padre las mujeres se le deben dar muy bien, ¿no?
-No sé qué posible interés puede tener…
-¿Se ha acostado alguna vez con una camarera?
-¿Como dices?
-Sí, una camarera, una camarera rubia. Sabes Lola, no sé cómo serán las damas de la alta sociedad en la cama, pero tu padre no sabrá lo que es bueno hasta que se acueste con una camarera rubia… Yo lo he hecho contigo, ¿o ya has olvidado donde nos conocimos?
-Buff! Como quieres que se me olvide. Eras el tío más raro del garito. Estaban todos babeando mirándome bailar, y tú seguías en tu mesa, leyendo a Chesterton.
- Ese soy yo cariño.
-Lo sé, y por eso me enamoré de ti.
- Pasión nena, era pasión.
- Ha llovido mucho desde entonces Ton. Ya no hay cabida para tanta pasión en nuestras vidas.
-Abre la puerta nena, y dímelo en la cara.

(Continuará…)

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