27 agosto 2012

Dios creó el Universo. El resto es Made in China.


La historia que hoy les voy a relatar es verídica en el fondo, y solo la forma ha sido ligeramente alterada para hacerla más divertida. Ya me conocen, y saben que nunca miento, y también saben que con muy poco armo un relato, lo desarrollo ...y la mayoría de veces hasta me sale bien. Este concretamente se me ocurrió al oír a un buen amigo decir: “Es una catastrofe. Dios creó el universo. El resto es made in China.”
Sí, ya sé que no es mucho, pero a mi me  ha bastado. Yo soy así.

Todos sabemos que desde los tiempos inmemoriales, de los que, como son inmemoriales, ya no nos acordamos, los más pequeños detalles han venido produciendo catástrofes. Y como sé que van a poner en duda mi afirmación, como es habitual y corriente, voy a poner como ejemplo lo que me pasó no hace muchos días.

 Todo empezó una noche calurosa del mes de agosto. Sábado para más señas.

Estaba en casa, en el salón. Es uno de mis rincones favoritos, cuantas horas he pasado ahí con la ventana abierta, sintiendo la suave brisa en mi piel y soñando, recordando y meditando. Me encanta ese sitio. Estaba tranquilo y relajado,  pensando en un Universo semi vacío, y en el bosón de Higgs desplazando todo de su lugar lógico. El silencio se defendía de su imagen esquizoide clavándose en mis neuronas, y flotaba hasta caer como remache de luna, como confesión de agua clara. Toda la masa del universo parecía travestirse para hacerme el favor de una mentira. ¿He dicho que estaba tranquilo? Sí, creo que lo he dicho. Tranquilo y sosegado... muy sosegado... tal vez en exceso, ya que sentía la  terrible amenaza de convertirme en un zoquete sin sentido del humor,  pero en ese preciso momento sonó mi  móvil. Miré el número del llamante, vacilé, dudé,  pero finalmente apreté la tecla de aceptar llamada. ¡Maldita sea…Me tendría que haber pillado el dedo con la  tapa del W.C! Pero ya era  demasiado tarde.

-Ton, espabila, ponte la camisa negra, la de salir,  que paso a recogerte en diez minutos. Hoy te voy a llevar a un sitio que me han dicho que es la leche, y…

-No me toques los cojones, con eso de “me han dicho que es la leche”. Siempre que te dicen eso, la cosa acaba como el rosario de la aurora.

-Venga, joder, Ton, no me seas quejica, y estáte listo y preparado que voy en camino. Esta noche es, como dijo el poeta: "tiempo de tormenta, toca marejada, nuestra particular mar arbolada. Abarloan los vientos, las velas del sentir ponen rumbo a las eternas tierras llamadas “sin porvenir”. Madruga la duermevela, y dos locos sientan las bases de su porvenir entre delirios de alcohol y noches en vela…"


Bien, llegado a este punto, supongo que han adivinado quien estaba al otro lado de las ondas hertzianas, ¿no?

Sí queridos amigos y amigas, han acertado: el capullo de Josep.

Cojan un calentorro muy mediocre; críenle amamantado con la leche de hormiga durante diez años; acójanle de mayor y acúnenle en los pechos de las noches locas de Barcelona; promociónenle sin esfuerzo, simplemente por ser "amigo tuyo", todo esto aderezado con alcohol y humo; llévenle a creerse que es un ligón de película; díganle lo listo que es y denle poder casi ilimitado para meterle en líos; agítese todo y obtendrán un clon de mi amigo Josep. Ah, pero cuidado: luego es muy difícil de eliminar, y mancha mucho. El resultado del experimento puede producir gangrena de inteligencia, parálisis cerebral y ruina económica. En fin qué quieren que les diga, filosóficamente Josep no aporta nada, nada bueno quiero decir, pero en cambio –y para compensar– es mi mejor amigo.

Llegamos al local que Josep dijo que era “la leche”,  pasada la media noche. Pedimos unas copas y me senté mientras él se fue a inspeccionar los “alrededores”.

 A los pocos minutos vino todo excitado a darme lo que él llama: una buena noticia.

-Ton, hay dos chicas de pelo negro y ojos rasgados abanicándose con dos "Pay-Pay" detrás de aquella gran palmera, creo que son orientales.

-¡Tan perspicaz y sagaz como siempre, Josep!

-No, en serio, creo que son japonesas.

-Estás seguro… ¿no serán suecas?

-No, son orientales  totales.

-¿Estás seguro, igual van disfrazadas?

-Deja ya tu burdo sarcasmo, te digo que son orientales....¡Y están buenísimas! Ya sabes lo cachondo que me pongo al ver el entramado peludo de estas diosas de oriente. ¡Que vivan las orientales y su mata pendenciera! Venga, vamos allí, están solas y parecen perdidas...

 Josep estaba tan excitado, ante la posibilidad de ligar con esas chicas, que accedí a su petición, y nos acercamos al rincón donde ellas, ajenas todavía a lo que se les venía encima, seguían abanicándose con sus hermosos "Pay-pay" decorados con magníficos dibujos del monte Fujiyama, y cerezos en flor.

-Hola-dijo Josep - dirigiéndose a la que parecía más comunicativa.

-Hola -contestó ella con una sonrisa amplia, casi dilatada.

-Me llamo Josep, y éste es Ton, mi mejor amigo.

-Tu único -añadí yo casi susurrando-.

-¿Como? -Preguntó  él al no oír muy bien eso último que dije-.

-Tu único amigo -repetí  yo aacercándome a su oído-.

-jaja, siempre tan sarcástico mi amigo. ¿Podemos sentarnos? -les preguntó señalando unas silla vacías-.

Vi como las chicas cuchichearon unos segundos entre ellas, antes de decir:

-jijijij, sí clalo, nosotlas no sel de aquí, estal de vacaciones, somos de japon, de las islas Senkaku., jijijijij

-Jajaja, estupendo, ¿lo ves Ton?, te dije que parecían muy simpáticas.

-Dijiste que estaban buenísimas-le mascullé en voz muy baja, y forzando la sonrisa-.

-jajaja, mi amigo es así, es puro  chiste-les dijo riendo-. ¡Bueno, qué! ¿Os gusta Barcelona? El paralelo, el monumento a Colon, el Tibidabo, Montjuic…

-Oh, síiiii. Balcelona es pleciosa. Saglada familia es muy famosa en Japon. Palque Güell, el glan pintol Miló, y Balça, jijiji.

Madre mía-pensé para mí-como Josep siga por la estrategia de repasar la monumental Barcelona voy a hacer como esa estrofa de la canción de Fabiana Cantillo que dice :“Yo me bajo de este tren, choca contra toda una pared. Me largo, ya no me divierte. Volar, irse, cielos, todos esos soles robar, lejos de la gente…”

-jajaja, has visto, Ton, qué te dije, eh? Son geniales, ¿no? Jajaja…

-Sí, son geniales-repliqué dando un sorbo a mi copa.

Entonces en ese momento cometí una gran estupidez, casi del tamaño de  las que suele cometer Josep, y queriendo cambiar el rumbo de la conversación, miré a la que parecía más espabilada y le dije:

-Así que sois de las islas Senkaku…Pertenecen al archipiélago de Ryukyu, ¿no? ¿Sigue China y Taiwán reclamando su administración?

-Oh, ¿tu conocel problema de Senkaku?

-Solo por encima.

-Pues sí, desde que Japon puso  islas bajo  administlación de Okinawa,  la Lepública Populal de China y la Lepública de Taiwán lo ven como una palte de Taiwán. Pelo nosotros los japoneses de Senkaku no quelemos sel chinos.

-Claro, lo entiendo.

-¿Sabes que  Diaoyu Dao  Uotsuri Jima, la isla más glande, tiene un número de especies endémicas como la Mogera uchidai y las hormigas Okinawa-kuro-oo-ari, y que éstas están amenazadas por las cablas domésticas que fuelon intloducidos a la isla en 1978 pol los chinos de Taiwan?

-¿No me digas? No, no lo sabía.

-¡Malditos chinos!-gritó Josep. Son como los parásitos, lo invaden todo…a que sí, Ton, eh?

-Ejem…ejem…Bueno, debo reconocer que a veces son un problema, sí.

-¿Y sabes que entle todas las islas, Nan Xiaodao Minami Kojima es uno de los lugales de clía de los lalos albatlos de cola colta?

-Vaya, ¿en serio?

-Sí, los Phoebastlia albatlus. Una especie muy lala. Me gustan mucho los pájalos, ¿sabes?

-Ya. Bueno, bueno, bueno…eso es genial. Yo adoro los pájaros también. De hecho tengo una cacatúa. Y digo yo, ahora que lo pienso ¿no os gustaría conocer a mi cacatúa? Es increíble, es más lista que el hambre.

-Hamble, ¿tiene hamble?

-No, quiero decir que es muy inteligente. En España cuando alguien es muy inteligente, decimos que es más  listo que el hambre, ¿complendes? (Mierda… no si al final voy a hablar como los chinos -pensé para mis adentros-). Y rectifiqué:

-¿Comprendes?

-Ah, complendo. En Japon decimos que es más inteligente que jagual neglo, jijijiji…

Estaba claro que la cosa no iba bien. Había que variar la estrategia. Entonces pensé  “-Coño, porque no les hacemos el juego de las 6 monedas, no falla nunca.”

El juego de las seis monedas por si no lo conocen, les diré que entre los naufragos de la noche es más viejo que el hilo negro…pero ellas al ser orientales igual no  lo conocían, ¿no? Bueno, es igual...el caso es que  este juego consiste en poner seis monedas sobre la mesa, en forma de T. Cuatro monedas en el palo largo, y una moneda a cada lado formando el palo corto, ¿me siguen? Luego hay que pedirle a la ingenua de turno, lo normal es que sean chicas rubias, son las más receptivas, que formen con las seis monedas dos hileras de 4. En este caso, al ser ellas morenas y orientales (dicen que las mujeres de ojos rasgados de tontas no tienen ni un pelo, pero yo oyéndolas reírse con ese jijiji tan irritante empezaba a dudar de todo) el resultado del experimento no estaba muy claro.

-¿Os gusta jugar? -les pregunté muy inocentemente-. Conozco un juego muy divertido.

Le pedí a Josep, seis monedas de 1 euro, yo nunca llevo monedas en los bolsillos, los deforman, y las puse sobre la mesa en forma de T.

-Veréis, se trata de hacer dos hileras de 4 monedas cada una. Si no lo conseguís, vamos a mi casa a conocer a mi cacatúa, ¿vale?

-Jijijiji ¡vale! -Dijeron ellas.

-¡Estupendo!  Mientras lo intentáis os dejo  en compañia de Josep, y yo iré a buscar el coche (tenía clarísimo que serían incapaces de resolver el problema de las monedas), lo tengo en el parking.

Al cabo de 15 minutos estaba de vuelta.

-Bueno, ¿qué?  No habéis sido capaces, ¿verdad? Pues venga, vámonos, mi cacatúa debe estar impaciente por conoceros.

-¿Tú como sabel que nosotlas no capaz resolvel problema?

-Porque mi amigo Josep, a quien conozco hace más de diez años, nunca ha sido capaz de presentarme a ninguna chica, amiga ,  conocida  o novia suya, capaz de resolver el problema de las seis monedas. Hoy no iba a ser diferente, ¿verdad Josep?-rematé mirándolo con mi media sonrisa socarrona-.

Estaba seguro que ellas no entenderían mi ironía, y por eso lo dije. Y creo que él, el muy capullo, tampoco lo pilló. Pero qué más da, si como dijo Thomas Mann: "Detesto la locura, la aborrezco desde el fondo de mi alma, aborrezco a todos los genios desequilibrados, o semi genios; detesto todo emocionalismo, toda pose excéntrica. ¡Audacia y osadía, si! La audacia es todo, es lo único indispensable; pero una audacia serena, decorosa, correcta, como envuelta en el suave terciopelo de la ironía. ¡He ahí lo que yo soy y lo que quiero ser!"

(Continuará…)

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