31 agosto 2012

Dios creó el Universo. El resto es Made in China (Final)



La tenue luz de las velas decorativas, que seguramente el idiota de Josep había encendido, recortaba  sus siluetas; guarecidos en la inmensidad del grandísimo sofá, es como si la luna entera esparcida sobre los tejados tratara de ser testigo de excepción de los delirios de una noche de verano, pareciendo preguntarse cual sería el final de tan extraña historia. La pregunta que me planteaba en ese momento , de pie frente a ellos, es si lo que veían mis ojos era real, o si por el contrario rodaban por los caminos de mi mente demasiadas fantasías. Todo ocurría  como en una película de serie B; pero qué es lo real, sino un sueño a medio camino entre la duermevela y la lucidez, de tal modo que en los momentos en los que parecen fusionarse ambos mundos podemos, como en un mayestático orgasmo,  en el acto morir y, además,  morir tranquilos porque te sientes libre y feliz. Es una locura, lo sé,  pero piénsenlo, ¿No llegamos muchas veces, por vicisitudes del momento, a fundir ensoñación con vida real, y el mundo entero es sentido cual si de un cine al aire libre se tratara? ¿Verdad que sí? Tú, y tú y el de más allá, todos, en muchos momentos  hemos dejado de ser dueños de nosotros mismos, tan sólo meros espectadores, y no hemos sabido si era un sueño o es la realidad.

Sin embargo, aquí, en este caso,  y en este momento preciso, les puedo asegurar que era real…

- Hola, ¿quieles ponelte en medio con nosotlos?-me dijo Mishita-.

- ¿Eh? Sí, claro.


- Vaya día de calol, nosotlas estal sudando-añadió ella-.


- Sí, a veces pasa.


- Pelo la noche está helmosa así, y siemple, ¿verdad?-replicó sonriendo-.


- Siempre-contesté yo-.


Me metí entre ellas, y aromas de cerezos en flor, de sudor, de cerveza y sidra asturiana me envolvieron. La voz de Mishita parecía dibujada, tan gozosa y jovial que reconozco que me desarmó, que me dejó sin nada que decir. No me suele pasar eso, siempre tengo respuestas guardadas para casi todo.


- ¿Quieles un poco de sidla?me preguntó Tashita-.


- Claro, para eso vine.


- Sí, clalo, que tontelía, jijijiji



Está claro que unas tetas tiran más que dos carretas y que mezclado eso con la ociosidad causa estragos en los hombres. Hace que no tengamos ideas ni ganas de pensar o analizar nada.  Pero algo raro estaba pasando, y algo más extraño tuvo que suceder en esos fatídicos 15 minutos que tardé en cambiarme de ropa y ponerme mi pantalón de pijama de seda negra con un dragón alado plateado, para que la misma chica que tan solo unos minutos antes me dijera que nunca besaba en su primera cita, estuviera ahora en cueros dándose el lote con Josep y Tashita. Tan desconcertado estaba que pasé más de un minuto mesándome los pelos canosos de mi bien recortada perilla y repitiéndome "no es posible, estoy soñando, no es posible, eso no está pasando".

Porque aunque era maravillosos verme en medio de Mashita y Tashita, no podía dejar de pensar en qué había producido ese cambio de actitud. ¿Qué había pasado?, ¿quiénes eran realmente Mishita y Tashita? Pero nadie, nadie podía pensar claramente en medio de una orgía de sexo y menos analizar ni tampoco podía preguntarle directamente a ellas porqué ahora querían follar y antes no. Me hubieran tomado por un aguafiestas, o peor aún, por un gilipollas. Y además, cualquiera se postraría ante esos dos bellezones exóticos sabedor de que la causa del cambio importaba una mierda, y que lo único que contaba era el orden natural de las cosas. Mishita que era muy lista lo sabía. Sabía que cualquiera  iría rápidamente a tirarse a sus pies, gustoso, feliz, orgulloso de ser el poseedor de una mirada suya, una mirada de la geisha más hermosa de las islas Senkaku. Cualquiera, sí. Pero yo no era cualquiera así que miré a Josep, y le dije:

-Ven conmigo un momento a la cocina vamos a buscar más bebida. La noche es joven y las burbujas santifican. Ahora volvemos, preciosas-añadí mirándolas a ellas-.


Dentro de la cocina, al abrigo de las posibles miradas de Mishita y Tashita le dije:


- A ver Josep, me puedes explicar, con pelos y señales, disculpa la expresión, por demasiado evidente, y quítate eso pelo de la comisura de la boca, ¿qué cojones ha pasado mientras estaba en mi habitación? ¿A qué se debe ese cambio repentino de actitud de ese par de, hasta hace unos minutos, medio tontas y mojigatas, y ahora porno-vampiresas?


- Ton, no te lo vas a creer…


- Tú explícamelo y ya verás cómo sí.


- Pues resulta que cuando Tashita sacó su I-phone para hacerle la foto a Einstein, por casualidad, se le cayó un legajo de papeles atados con un cordel de cáñamo viejo. ¿Y a que no sabes que era?


- Josep, no estoy ahora mismo para adivinanzas ni acertijos, así que dime de una puta vez qué contenía ese legajo viejo.


- Ton, es que no te lo vas a creer…


-  Dímelo ya Josep, que me conoces…no tengo paciencia como tú.


-  Es que es muy fuerte, tío, muy fuerte…


-  Mecagoen… ¿quieres decirme de una puñetera vez qué mierda contenía ese legajo atado con un cordel de cáñamo viejo?


-  Está bien, te lo diré: Bonos del Estado, tío.


-  ¿Cómo que bonos del estado? ¿Quieres decir títulos del Tesoro público?


-  Y yo qué sé, Ton,  de eso no entiendo, pero lo que sí sé es que ponía Bonos del estado de la república independiente de Cataluña…y además agárrate los machos… tienen un cofre de madera lleno de esos Bonos del estado.


-  Espera….un momento… A ver si lo entiendo, capullo… a ver si lo entiendo. ¿quieres decir que estas dos lelas de ojos rasgados llevaban un fajo de bonos del tesoro de la república independiente de Cataluña, atado con un cordel de cáñamo viejo, y, que por casualidad, al sacar el I-phone para hacerle una foto a Einstein, mi puto loro verde que no llega ni a cacatúa, se les cayó, y que, además, dicen tener un cofre lleno de ellos? ¿Es eso lo que me quieres decir, Josep?


-  Síiii, es eso… ¿a que es la leche, eh? ¡Tío, que somos millonarios! Mira,  Mishita me ha dicho que como son bonos del Tesoro de la república independiente de Cataluña… ya sabes, la guerra civil y todo eso…en fin, me entiendes…años 30…Macià, Companys…


- Sí, claro…la república de Cataluña independiente…años 30…Macià, Companys… continúa…eso es muy interesante…


-  … pues resulta que ellas, encima, para complicarlo todo un poco más, como son japonesas de las islas de Senkaku sabes que quiero decir, eh…todo son problemas…conflicto por la administración entre Japón y China, etc., etc.…


-  Sí, sí, claro…China, Japón…conflicto administrativo… ¿y qué más, Josep?


-  pues que la putada es que no los pueden canjear en su país…y no solo por el conflicto entre Japón y China, sino que al ser bonos del Tesoro de la república independiente de Cataluña, nadie los querría comprar allí. Ya sabes la mala prensa que tienen los bonos españoles, pues imagínate los bonos patrióticos de la república independiente de Cataluña…vamos, peor que los bonos basura de la señora Kirchner de Argentina…nada, que no se podrían colocar en Japón ni en Tombuctú, en estos momentos, claro…¿me entiendes, Ton?


-  Síiii, te entiendo…y qué más te ha dicho Mishita?…si lo puedo saber, querido amigo Josep.


-  Pues también me ha dicho…ah, pero eso se lo pregunté yo, eh…ya sabes lo prudente y perspicaz que soy cuando se trata de dinero…ya me conoces…


- Y tanto que te conozco, Josep…sigue…sigue...


- Jajaja, no te lo vas a creer de lo curioso que es… me han dicho que encontraron el jodido cofre de madera este… por cierto, ¿te he dicho que hasta lleva molduras de bronce?


- No, este detalle tan importante no me lo habías dicho aún…pero sigue, Josep…sigue.


- Pues lo encontraron dentro de un gran contenedor de basura en los sótanos del hotel en el que se hospedan. Increíble, ¿no?


- Vaya, es curioso e increíble, si…pero que muy curioso, y muy increíble.


- Jaja, ya te lo dije yo. No es necesario que repitas todo, jajaja. Pues como te decía, por todos esos motivos nos venden, a nosotros, esos bonos por nada y menos, solo 6 mil euros jajaja que te parece, eh? ¿No es genial?


-      Y tanto. Es genial. Y dime, querido Josep: a ti no te parece mucha casualidad, todo eso que me estás contando, ¿no? ¿Un poco por lo menos?


-Bueno, jajaja, me vas permitir por esta vez hacer lo que haces tú siempre: citar a los grandes intelectuales del pasado; Dijo Lamartine que la casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir.jajajaja


-Lamartine… ¿lo dijo Lamartine, seguro? Escúchame imbécil…que eres un imbécil… si a parte de leer alguna cita de Alphonse de Lamartine hubieras leído a Friedrich Schiller sabrías que no existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más oscuras y profundas de la maldad humana. Y ahora  merluzo, mira qué vamos a hacer. Vamos a volver al salón y le voy a pedir a Mishita que me enseñe uno de esos bonos patrióticos de la República independiente de Cataluña. ¿Te parece bien?


-A mi sí. Yo ya lo he visto.


-Muy bien. Y que sepas también,  burro ignorante, que estás tan loco como una liebre en marzo si te has creído toda esta grotesca historia que te ha contando Mishita. Nunca ha existido una república independiente de Cataluña, ni antes, ni durante, ni después de la guerra civil española. Ahora sígueme, capullo, y volvamos con esas dos pajarracas.


En defensa de Josep diré que no es un mal tío, solo es un optimista incorregible que todavía piensa que los Reyes Magos tal vez existan. También tiene un don especial, el don de atraer las catástrofes. Les pondré un solo ejemplo, y lo entenderán: en un viaje que hicimos hace años con nuestras mujeres (POR ENTONCES ÉRAMOS DOS FELICES MATRIMONIOS) a Marruecos, Marraquech concretamente, hubo inundaciones. ¿Ven lo que quiero decir?  Pero dejemos eso, y volvamos al relato. Entramos al salón y le dije a Mishita que Josep me había explicado lo de los bonos del tesoro de la república independiente de Cataluña y que me gustaría que me dejara ver el cofre de madera con todos esos bonos del tesoro para enseñárselo a un amigo que trabaja en el Banco de España. Fue mencionar el Banco de España y de pronto resultó que las cosas se habían complicado: Tres grupos distintos de generales chinos, Taiwaneses y Moluqueños estaban disputándose la caja de madera con moldes de bronce; que la habían tenido que  transferir a un lugar más seguro porque había agentes rusos, misteriosos árabes con maletas llenas de billetes, espías dobles del Mossad israelí y emisarios de San Vicente de Barrakaldo pululando en torno a la caja para hacerse con ella. Vamos, que no la podía ver. Entonces les pedí ver uno de esos bonos que traían encima, bueno, mejor dicho, en el bolso, porque ahora mismo, encima solo tenían litros de Sidra el Gaitero y las babas de Josep. Mishita asintió y sacó de su bolso uno de los bonos.


El bono exhibía la efigie finamente elaborada de Ferrán Adrià.


- Es Ferrán Adrià, el mundialmente conocido cocinero ampurdanés- señalé sorprendido.


- Es lógico que bono del Tesolo de lepública independiente de Cataluña luzca efigie de un glan personaje catalán- me respondió la listilla de Mishita.


Hubiera podido entrar a discutir el concepto de “gran personaje”, pero me hubiera desviado de lo importante. Entonces fui al grano:


- Ferrán Adrià es un personaje contemporáneo, de ahora, para que me entiendas, y el bono data de los años 30, Mishita.


- Podel sel que Felán Adlià  apuntala maneras desde muy joven. Y velse que algún día selía muy famoso. Pol eso lo pusielon en el bono.


-Sí, claro, una apuesta de futuro. Aunque en el bono se le ve como una apuesta de futuro con cara de bobo trincón, ¿no? Dime Mishima, o como cojones te llames, ¿no será mejor decir que esto que tengo en mis manos es solo una burda y chabacana copia Made in China de un pretendido Bono del Tesoro de una inexistente República independiente de Cataluña,  que has intentado meternos como quien mete gato por liebre?  Muy típico por cierto de algún restaurante chino que conozco.


- Ejem…Nooo…a lo mejol simplemente  equivocalse y ponel foto de Felán Adlià …ejem…años tlenta sel años mucho convulsos…ejem…o simplemente sel una bloma…ejem…sí, eso…sel seguramente una bloma ...ejem  estaba segulamente de bloma. Bueno, muy talde ya, Tenemos que malchal, ¿veldad Tashita?


-Mishita metió el bono en el bolso, lo cerró en menos que canta un gallo,  y agarrando a Tashita del brazo salieron como almas que llevan el diablo, olvidándose la ropa, los zapatos, los Pay-Pay, y sin despedirse de Einstein, mi loro verde.


Me giré, y miré la cara de bobo que se le había quedado a  Josep al darse cuenta del engaño que había sufrido. Era la primera vez en más de una eternidad que las lágrimas regaban su cara. Las gotas se deslizaban a borbotones hasta caer sobre el pecho entreabierto de su camisa de mercadillo, cuadros con  líneas rojas, azules, verdes pistacho. Estuve a punto de ir a buscar un paraguas, un impermeable, unas botas… hasta pensé una excusa para encerrarle  hasta que la locura, sí, la locura, le pasase. Pobre, pensé para mí, estaba de nuevo como cuando le conocí; entonces  su mujer esperaba verle cada día para hacer el amor y él tenía una esperanza ilimitada en que su esfuerzo conseguiría construir un mundo mejor.


Puse mi mano sobre su hombro en señal de solidaridad con su enorme pena, y le dije :


-Tranquilo, Josep,  nada de mirar atrás. Todos nos equivocamos pero piensa que aún hay cosas que mejorar ahí fuera. Hay amor que recibir y dar.


Entonces él,  asustado, pero decidido, comenzó a caminar hacia la terraza. Luego se giró, me miró lloroso, y dijo:


-Ton, es que no me ha dado tiempo a follar con ellas.


Y se dejó caer en una de las tumbonas, la mirada perdida en el hermoso cielo rojizo de aquella noche de Agosto.



Ya lo ven queridos amigos y amigas, así es la vida y así es Josep. Todo hombre tiene sus penas secretas que el mundo no conoce. Por eso a veces acusamos de frivolidad a un hombre que en realidad, sólo es un hombre triste.

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